Un 4 de febrero de 1992 un
desconocido teniente coronel proclamó que los objetivos de su golpe de estado
por el momento no habían sido conseguidos. Al día siguiente era la persona más
popular del país.
Se enfrentaba a un gobierno
corrupto, en decadencia y a la opresión de su pueblo.
Se enfrentaba a un gobierno
corrupto, en decadencia y a la opresión de su pueblo.
Es un adagio popular que los
pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, pero ¿cómo un
gobierno que ha repetido sin cesar la exaltación de su historia la ha repetido?
¿cómo un gobierno que se opuso radicalmente a CAP terminó siendo peor que este?
Esta es una historia de paradojas
y absurdos, incoherencia y corrupción.
Primera Paradoja, una revolución que no lo fue
El chavismo no supuso ninguna
revolución real. Simplemente produjo una “redistribución de la riqueza” por
medio del gasto público, gasto público financiado por los petrodólares.
Al igual que en los años 70 CAP
experimentó una bonanza petrolera, en la década del 2000 Chávez experimentó
otra de mayor cuantía. El error de ambos fue no sembrar el petróleo, no generar
un ambiente propicio para la inversión en el aparato productivo nacional.
Pero el mayor error de Chávez fue
potenciar un conflicto interno. No es un conflicto entre proletarios y
capitalistas como nos quiso hacer creer, pues los que antes se proclamaban
obreros ahora son tan o más acaudalados que los antiguos empresarios y
productores. NO, es un conflicto mucho peor, es la guerra entre la tiranía y la
democracia, la institucionalidad y la corrupción.
Uds se preguntarán, ¿cómo Chávez
potenció este conflicto? ¿no se supone que él renovó los poderes a través de la
Asamblea Nacional Constituyente para dotar al país de mayor institucionalidad y
erradicar la corrupción? Si, es cierto pero sólo de forma parcial.
Segunda Paradoja, una revolución para descentralizar el poder terminó
concentrándolo.
Se renovaron los poderes, pero en
la mente de un mesías elegido supuestamente por la providencia y bolívar, más
temprano que tarde afloró el germen de la tiranía. Era poderoso, era Bolívar,
era Chávez. Él se convertiría en el pueblo, él, el pueblo y por lo tanto en el
Estado.
Pero como buen conocedor de su
historia sabía que todo poder ilimitado es asechado por las fuerzas de la
democracia. Y aquí el error histórico de la oposición fue darle más poder al
poder.
Tercera Paradoja, exaltación a un golpista y obsesión con el golpe
En este ambiente, quien un día
fue un golpista se obsesionó con los golpes de Estado. Él sabía cómo se
gestaban y por qué. Según él y su sucesor, ellos lograron frustrar infinitos
intentos de golpe de Estado ¿será acaso porque ellos mismos eran golpistas?
Cuarta Paradoja, una revolución en contra de la corrupción
Todo iba bien, pero para mantener
la concentración del poder era necesario impedir la renovación del sistema. Era
necesario mantener el poder y para ello era necesario comprar la lealtad y no
hay nada que compre más la lealtad que un negocio lucrativo.
Control de cambio,
expropiaciones, empresas estatales, protección al narcotráfico fueron algunas
de las medidas para mantener alimentados a los corruptos.
Quinta Paradoja, una revolución que prometió un paraíso no puede
ofrecer una vida digna
Esta revolución, este mesías
ofrecían un mundo mejor, ofrecían el socialismo. Con cada avance proclamaban la
buena nueva, como sacerdotes de alguna nueva religión. Pero cuando su momento
histórico se fue, cuando la historia comenzó a pasarles factura de la bonanza
que habían recibido, todos descubrimos su incompetencia.
No existía ya un sector
productivo, todo se importaba, las misiones eran insostenibles, la comida
comenzó a escasear, la inseguridad no había dejado de aumentar.
Y ante esto el todopoderoso
heredero, la mesiánica revolución, ante su fracaso de ofrecer una vida digna
sostenible no encontró otra opción que culpar a enemigos imaginarios y una
guerra económica inventada.
Una revolución que prometía un
paraíso no pudo ofrecer si quiera una vida digna. Un heredero mesiánico todo
poderoso no pudo vencer a sus enemigos imaginarios.
Sexta Paradoja, una revolución contra la opresión que oprime
La revolución que inició como
reacción a la violencia del Caracazo, a la opresión del gobierno terminó
convirtiéndose en lo que rechazaba. Un estado policial y represivo.
Esto porque la fuerza se
convirtió en la única herramienta para mantener el poder al no ofrecer las
condiciones mínimas de subsistencia y arrebatar incluso las libertades más
básicas.
(educación y escuálidos)
Séptima Paradoja, una revolución que se convirtió en la antítesis de lo
que deseaba ser
En la actualidad, el chavismo en
cabeza de Nicolás Maduro ha destruido el legado que estaba construyendo, ha
llevado al país a una situación peor a la que se enfrentaba cuando la supuesta
revolución inició.
Estas paradojas, esta
incoherencia y esta incapacidad son las que están llevando al pueblo venezolano
a la confrontación entre hermanos. Es una supuesta revolución que no ha logrado
los propósitos por los cuales la eligió el pueblo venezolano. Es un gobierno
que ha querido privatizar al pueblo y ser el único dictador de su voluntad.
Hermanos latinoamericanos, no se
dejen engañar, los hechos exponen la realidad. Esta revolución ha sido un
teatro, una transformación de los males más profundos de Venezuela y su
institucionalización desde el Estado.
Sólo hay dos cosas que mantienen
al gobierno de pie, la compra de conciencias y la fuerza. Chávez y Maduro
compraron la conciencia de países caribeños que han trancado la aplicación de
la Carta Democrática Interamericana y las presiones para que el canal
humanitario en lo referente a alimentación y medicinas sea abierto en
Venezuela. Y en el territorio nacional la fuerza de los corruptos es lo único
que los mantiene en Miraflores.
Familiares del ejército, policía
y funcionarios. Necesitamos de ustedes para que el gobierno pierda su fuerza.
Yo como estudiante, joven y futuro de Venezuela les hago un llamado para que
madres, padres, hijos, sobrinos, tíos, todos presionemos a nuestros militares y
funcionarios para que recuerden que Venezuela Somos Todos. Venezuela no es
Chávez, Venezuela no es Maduro y nosotros no olvidaremos el rol de nuestras
FAN, GNB y Policía en la historia.
Que la lucha por la democracia
llegue a cada hogar, a cada familia, no de forma violenta sino de forma
persuasiva y dialogada. Soldados de Bolívar, desconozcan el llamado a oprimir
al Bravo Pueblo Venezolano, depongan las armas, depongan las tanquetas,
destruyan los gases lacrimógenos. El peor horror de un dictador es perder su
fuerza.
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